jueves, 17 de noviembre de 2011

Una tortura mas

Es jodido verte con ella. 
Cómo negarlo si llegan momentos
 en que no puedo nisiquiera
 fingir que todo esta bien. 
Verte a su lado, tomandole la
 mano como si fuese la persona 
más sagrada en tu v da, hasta
 diría la última, me molesta.
 Me causa este fuego en el 
estómago, estas nauceas en la 
graganta, que queman, que
 desgarran más que nada.
 En otras palabras, me da asco
 cómo me has dejado por ella,
 como si en cierto modo las 
personas fuesen juguetes o
 figuritas repetidas, reemplazables 
unas por otras. No me averguenzo 
de esto, ni de contarle a la gente
 que es eso lo que me provocas, 
que ella tan extravagante, con cara 
de come hombres, me genera odio.
 Pero después de todo, por algo me 
dejaste, por ella, hubo un motivo, 
tuvo que haber uno. Al menos uno.
 Te conozco lo suficiente como 
para saber que no fue un capricho 
y que tampoco fue amor lo que 
sentiste por ella. Se que nunca la 
amaras, que la querras pero un día 
ya no será suficiente. Así lo quisiste.
 Intentando borrar el pasado, 
superponiendo recuerdos, sólo 
conseguiste remarcar esos 
momentos que te marcaron, que
 nos marcaron, para siempre. 
Y si bien me irrita verte sonreír 
mientras la ves a los ojos, más que
 irritarme, más que molestarme, 
más que odiarlo, más que amarte,
 me duele. 

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