
A estas alturas solo puedo
explicarte como fastidio la manera
en que me resulta inevitable dejar
caer una lágrima al leerte como
a un extraño. Es tan fina la línea
que te separa de mis pensamientos
que al recordar tus palabras de a poco,
lo que antes era una lágrima inocente
se transforma en un llanto incontenible
que podría durar horas.
Te quise tanto que pude entregarte todo.
Ezequiel~
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