No te entiendo, y no voy a hablar en tercera persona por que no tengo ganas de dar vueltas. Ok, te entiendo, según vos siempre la que se manda cagadas soy yo, puede ser, y lo admito, no me jode admitir mis errores, pero se nota que a vos si.
No nos vemos muy seguido, y la única excusa que encontré para verte fue invitarte a una fiesta.
Ok, puede ser que no conozcas a TODOS, yo tampoco, pero de ahí, a que te dejes llevar por la música que pasan en una fiesta me parece absurdo. Te invito para pasar un rato conmigo, para que estemos juntos, hablemos y nos divirtamos, no para que escuches la música de fondo, que por cierto es innecesaria.
Solo quería verte, si ese es mi error, lo siento pero esta es la gota que revalso el vaso.
Hoy, no, no fue un día como cualquiera. Fui al centro con la idea de comprarte algo para pedirte perdón por ser tan vueltera, caprichosa, celosa, indecisa, histérica y muchas cosas mas. Después de leer todas las cosas que dijiste, tu regalo, que elegí con tanto amor para pedirte perdón y para que te des cuenta que de verdad me importas, lo puedo tirar a la mierda, me doy cuenta que ya no valió la pena hacer eso y que no te interesaba del todo tenerme al lado tuyo.
Una pena, pero al final siempre mis amigas tuvieron razón, que tu nombre no se merecía estar en mi relación, y que todo lo que paso fue simplemente una nueva ilusión que tubo mi corazón. Todas las cosas lindas pasaron solamente en mi cabeza, y jamás tuve que haberme sentido realmente tuya.
Si querías mi perdón, lo lamento, esa palabra no va a salir de mi boca, y si sucede es únicamente para pedirte perdón por haber robado parte de tu tiempo.
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